¿POR QUÉ LAS MUJERES MALTRATADAS PERMANECEN EN LA RELACIÓN?
“¿Pero por qué sigues con el si
te hace daño?” o “No la tratará tan mal si no hace nada para terminar con todo
eso que dice” son una de las tantas frases que una mujer tiene que escuchar
cuando está sometida a unos malos tratos. Como si fuese tan fácil salir de una
situación de esas características. Porque no lo es. Dejar una relación que te ha generado una
dependencia hacia la otra persona, sin un apoyo social, es, todavía, más difícil.
El ciclo de la violencia (Leonor Walker, 1979) |
A mi entender, la peor fase es
esta última, ya que la mujer ve de nuevo la parte más cariñosa de su pareja, recordándole
la razón por la que se enamoró. De esta manera es más difícil abandonar la relación, la mujer se vuele a "enganchar" con las diferentes estrategias de conquista de la
pareja.
Es importante tener en cuenta que
no podemos tratar todos los casos de la misma forma porque entran en juego muchos
factores tanto sociales como individuales que van a determinar las diferentes estrategias
para dar respuesta al tema en cuestión, incluso en el ciclo mencionado
anteriormente, aunque las fases sean las mismas, las explicaciones variarán. Podemos
encontrarnos desde la mujer, maltratada por su pareja, que solo le une la relación
sentimental hasta la mujer casada con el maltratador, con dependencia económica
y con hijos menores en común. Obviamente, esta última mujer le supondrá más
esfuerzo abandonar la relación porque no solo le une el aspecto más emocional.
Por otro lado, las agresiones de gravedad baja
son más fáciles de justificar por lo tanto es más difícil de abandonar la
relación. De la misma manera, las mujeres que sufren agresiones más brutales son las
que más ansían el abandono de este tipo de relación aunque les resulte más
difícil por las posibles consecuencias (que sean asesinadas, por ejemplo).
Así, existen multitud de teorías que
explican la permanencia de las mujeres en estas relaciones. Hay que tener en
cuenta también el proceso de tomar las decisiones, la dependencia emocional y las repercusiones
del maltrato.
En cuanto a las teorías relacionadas con la
toma de decisión de abandonar la relación o permanecer en ella, entre otras,
podemos destacar la trampa psicológica
(Brockner y Rubin, 1985 y Strube, 1985) y el modelo bifásico de la toma de
decisiones (Choice y Lamke, 1997). La trampa psicológica se refiere a que la
mujer tiene la esperanza de que termine el maltrato y cree que, invirtiendo más
esfuerzos y tiempo, puede restablecer una relación de pareja armoniosa. Al
inicio del maltrato la víctima invierte muchos esfuerzos, pero más adelante,
cuando la conducta continua, la mujer puede plantearse abandonar la relación.
Sin embargo, muchas de ellas creen que hay posibilidades de que la relación
mejore y, por ello, pueden invertir aún más esfuerzos para lograr su objetivo.
Asimismo, cuantos más esfuerzos y tiempo inviertan para lograr una relación
armoniosa, menor es la probabilidad de que se produzca el abandono de la
relación de pareja. Por otro lado, el modelo bifásico dice que las víctimas
deciden continuar o concluir la relación teniendo en cuenta la respuesta a
dos preguntas clave 1) ¿estaré mejor fuera de la relación?; y 2) ¿seré capaz
de salir de ella con éxito? La respuesta a la primera pregunta está modulada
por cuatro factores: a) el grado de satisfacción con la relación de pareja; b)
la inversión realizada; c) la calidad de las alternativas disponibles; y d) la
presión ambiental y familiar para continuar o concluir la relación. La
respuesta a la segunda cuestión va a depender de los recursos psicológicos
disponibles y de los apoyos comunitarios a nivel socioeconómico y jurídico. Si
la mujer maltratada responde negativamente a cualquiera de las dos preguntas,
tenderá a continuar dentro de la relación de pareja.
La dependencia emocional es otro aspecto importante a la hora de que la mujer no abandone la relación violenta. Aunque
suene paradójico, cuanto más maltrato sufra la mujer, la autoestima se ve más
afectada, por lo que todavía ve más necesaria continuar manteniendo la relación.
Por último, destacar las
repercusiones psicopatológicas del maltrato. Las mujeres maltratadas cuando reciben
las agresiones durante un periodo prolongado de tiempo desarrollan una indefensión
aprendida (Seligman, 1975), es decir, la mujer siente un grado elevado de indefensión
y déficit en diferentes aspectos (afecto, motivación y cognición) que hacen que
permanezca en la relación. Aprenden a no defenderse y creen que hagan lo que hagan no cambiará la situación. Asimismo, las victimas que carecen de estrategias de
afrontamiento (autoestima, optimismo…), las diferentes consecuencias psicológicas
que tienen por el maltrato crónico (depresión…) y los factores sociales (falta
de empleo…) están relacionados con las respuestas específicas de las víctimas
en el ámbito de la relación.
Por lo tanto, teniendo en cuenta
todo lo explicado anteriormente se puede concluir que aunque una mujer esté sufriendo en una relación y lo más sensato sea abandonarla, existen múltiples factores
y circunstancias que hacen muy difícil tomar la decisión de hacerlo. Sin
olvidarnos que muchas veces, las mujeres están en mayor peligro cuando toman la decisión
de abandonar, es entonces cuando empieza un grave acoso e incluso la
probabilidad de ser asesinadas.
Hay que evitar la segunda victimización
en estos casos, no juzgar estas mujeres por la
decisión tomada, hay que mirar más allá y ser más compresivos en general, pero
sobre todo, los profesionales que tratan
estas víctimas. Ya que, antes del abandono definitivo, suelen haber muchos
intentos.
En conclusión, hay que fortalecer y empoderarlas, para que no se vean solas y se vean capaces de seguir adelante sin el maltratador. Para eso es muy importante el apoyo social, que su entorno más cercano se muestren solidarios y compresivos con la situación y existan recursos sociales efectivos (las casas de acogidas, atención a la víctima, protección jurídica…).
En conclusión, hay que fortalecer y empoderarlas, para que no se vean solas y se vean capaces de seguir adelante sin el maltratador. Para eso es muy importante el apoyo social, que su entorno más cercano se muestren solidarios y compresivos con la situación y existan recursos sociales efectivos (las casas de acogidas, atención a la víctima, protección jurídica…).
Fuente
Echeburua,
E., & Amor, P. (2010). Claves psicosociales para la permanencia de la
victima en una relacion de maltrato. Clinica contemporanea, 97-104.
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